jueves, febrero 13, 2014

Damero Mardito, nº 57 (febrero)

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Comanda de recuerdos.

Al libro nuevo le falta el roce (el roce hace el cariño) de la madera pulida por el uso, como la empuñadura de una gubia o una escofina ennoblecida por la mano que trabaja. ¿Madera y papel no son acaso la misma materia? 

No es hasta pasado un tiempo --y si tiene suerte-- que el libro nuevo pierde su frialdad a base de ojos, de gafas, gracias al fervor único de la mirada que lee. Son los que más me gustan. Libros usados, manoseados, releídos, de los puestos de viejo y de las bibliotecas de barrio. Libros como la machadiana guitarra del mesón, libros resabiados que contienen entre sus páginas como en un pequeño museo de la cotidianeidad, ceniza de cigarrillos, arena de playa, dedicatorias amorosas, pelos púbicos y antiguas estampitas de Primera Comunión. Libros en suma como la farsa monea, que de mano en mano van y ninguno se los quea (porque en la Feria del Libro Usado y de Ocasión cada año veo los mismos). 
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¿Que dónde conseguir el Damero de este mes? Pues como siempre, en su kiosco habitual y gratis total, pinchando aquí: El Damero del Vecind(i)ario.

Solución al Damero anterior (nº 56):
A. Palco, B. Ímpetu, C. Entrecot, D. Recoveco, E. Regalo, F. Emplate, G. Bóveda, H. Ítem, I. Secoya, J. Impuesto, K. Obeja, L. Unto, M. Lumpo, N. Ocultad, Ñ. Sayón, O. Accedemos, P. Machete, Q. Ahorro, R. Numen, S. Tempura, T. Empeño, U. Sultán.
Acróstico: Pierre Bisiou, "Los amantes".
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lunes, febrero 03, 2014

Maravillas del Mundo, 19

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Tiempos de cuerpos pellejudos

Para Carlos Olrac

Cuentan los mayores que las hambrunas padecidas por la población entre los años 2137 y 2141 fueron tan severas, que el estar gordo no solo se consideró un estado envidiable sino que constituyó, tanto para hombres como para mujeres, un prestigioso estatus sexual.

Dado que la creencia popular atribuía la extrema delgadez de los ciudadanos al descenso drástico del consumo de pizzas de Casa Tarradellas y del chopped-pork de la firma Casademont, producto del conflicto aduanero entre Freedom Catalonia y el territorio conocido entonces como Recorte Hispánico, junto con el espectacular encarecimiento de los aranceles que propició el Tercer Bloqueo, la venta por correo de estas tabletas masticables se multiplicó por mil en cuanto llegó ese periodo previo a la estación veraniega conocido como “Operación Bikini” y que consistía en engordar ocho o diez kilos en tiempo récord; algo por completo inconcebible para nuestras tatarabuelas.

En cualquier caso, esta tabletas —en realidad, un ultraconcentrado de mayonesa y grasa liofilizada de foca— provocaron el entusiasmo entre las personas con poco peso, o como rezaba su publicidad, gentes de “cuerpos pellejudos”, sobre todo entre mujeres y jovencitas, pues para gran parte de ellas, el ser consideradas delgadas contribuyó a generar muchos trastornos psicológicos (el éxito de estas pastillas engordantes vino a coincidir en el tiempo con el proceso incoado al célebre modisto Petrusko Mamuasel por contratar exclusivamente a modelos de más de ochenta kg de peso para mostrar sus creaciones).

Ni que decir tiene, que en tiempos de tan extremas carestías, se le encontró pronto otra utilidad a las deliciosas tabletas y fue utilizarlas para cebar a los gatos y perros que habían pasado a ser la fuente habitual de proteínas de la depauperada población, con lo que se propició un bucle alimentario ventajosísimo tanto para consumidores como productores.  Se calcula que durante el peor año de aquella crisis, el nefasto 2140, llegaron a venderse cincuenta mil toneladas de estas pastillas, hecho fundamental que hundió los mercados fridocataláunicos y que a la larga produjo la reabsorción de sus comarcas en la actual Gran Hispanidad, que con tanto acierto dirige nuestro Conductore, el Hermano Wang Fernández. ¡Gloria a Wang!, ¡Gloria a Wang!, ¡Gloria a Wang!
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