viernes, mayo 17, 2013

Placeres Mundanos, nº 29

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El cumpleaños del Hombre Lobo


Lo bueno de ser padre —como es mi caso— de una criatura peluda y de colmillos afilados que todo el mundo confunde con el Hombre Lobo, es que esta misma criatura tiene pocos amiguitos, por lo que a sus fiestas de cumpleaños apenas asiste nadie, lo que representa una clara ventaja en el ahorro doméstico, pues con una tartita, unos cuantos sándwiches de Nocilla y unos batidos de chocolate, van los niños que chutan.

Por eso, cuando hace unos días se presentó tal ocasión y me vi obligado a meterme en la cocina para ejercer de repostero, decidí confeccionar algo rápido, sencillo y económico, como es el caso de esta tarta de fresa y nata de la que a continuación paso a dar las instrucciones.

Lo primero es hacer un bizcocho ¡y no me digan que cómo se hace un bizcocho, joder, con la de recetas que pululan por la red a cual más simple! Porque si no saben cómo hacerlo ya pueden ir abandonando esta página por torpes y desinformados. En todo caso, para los más inútiles, recomiendo que se hagan con una de esas cajitas con polvos preparados que se pueden encontrar en la sección de repostería de todos los supermercados y se limiten a seguir las indicaciones del fabricante. Así que saltándonos este paso, digamos que ya tenemos un bizcocho hecho. Un bizcocho que no debe ser muy alto pero sí esponjoso y aromatizado de vainilla, por ejemplo (fig. 1).



Pues bien, con afilado cuchillo jamonero, haremos un corte longitudinal hasta convertirlo en un doble bizcocho (fig. 2). Sobre la parte inferior, esparciremos una generosa capa de mermelada que puede ser de fresa, o bien de frambuesa o bien de frutas del bosque, porque como decía una tía mía “Una buena capa, to lo tapa” (fig. 3). Acto seguido cubriremos esta mitad con la otra, pero ¡OJO al TRUQUI! teniendo cuidado de colocar la parte tostadita abajo, porque así conseguiremos una mayor jugosidad (fig. 4).



Tras ello, cubriremos la cara superior con fresas previamente laminadas hasta hacer desaparecer el amarillo del fondo (fig. 5). Antes de todo esto, atención, habremos preparado una buena dosis de gelatina de cualquier fruta roja. Cuando el tembloroso elemento (que, claro está, habremos 


mantenido a buen recaudo dentro del frigo) no se haya cuajado del todo, lo verteremos sobre el mosaico fresero. Una vez cumplido este trámite, depositaremos el bizcochamen en la nevera para que la gelatina se cuaje por completo y forme sobre las carnosas escamas una superficie regular, brillante y transparente (fig. 6).

Aprovecharemos el momento para montar un brick de nata con la batidora de varillas. Un poco de paciencia y otro poco de azúcar –junto con la nata líquida bien fría- bastarán para formar en 15/20 minutos un espumerío consistente (fig. 7).



Y ya casi está terminado. Aplicamos nata en todo el derredor del bizcocho (fig. 8), adornamos el perímetro con un cordón trazado con manga pastelera y añadimos fresas cortadas por la mitad, haciendo que la nata actúe como esponjoso cemento. Unos pegotillos de nata por aquí y por allá con intención artística, darán culminación a nuestro trabajo. Esto es todo. El resultado final es el que se observa en la imagen (fig. 9). Claro que muchos de Uds. echarán de menos las velitas o algún letrerito alusivo al festejo; pero tales añadidos quedaron fuera de mi negociado.



La tarta tuvo entre los asistentes al cumpleaños un éxito inenarrable. Lástima que acabara como el rosario de la aurora desde el momento en que a mi hijo se le cruzaron los cables y le dio por morder las yugulares de varios de sus amiguitos. Menos mal que ya le habían hecho entrega de los regalos.
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9 comentarios:

Fernando Ugía dijo...

Kiyo, quiero ser el primero en decirte que ¡¡¡vaya pinta...!!! Vamos que entre finde y finde de Cerro te lo montas de maravilla...

EL HIJO DEL HERRERO dijo...

¡Joé! Ahora entiendo, cuando llamo por teléfono y descuelga nuestro Marco, poniendo voz terrorífica, le digo: Aquí el Lobo Feroz y me contesta burlandose. Claro, ahora resulta que él es el Hombre Lobo. Sorpresas que da la vida.

JMMM dijo...

Te has superado Sap, del pollo a la cocacola a la fina reposteria, eres un hombre para una pobre.
Apuntate al MasterChef y serás Master del universo.

Sharon dijo...

Buenisima pinta!! La verdad,no te imagino haciendo estos trabajos,con tanta delicadeza y dulzura. Sobre todo teniendo en cuenta que eres el padre del Hombre Lobo, en fin...en la vida se sufren cambios. Besitos

evita dijo...

¡Bueniiisima!!! doy fe de ello que participé en la fiesta de cumpleaños del hombrecito lobo y salí con un bocao en la yugular que todavía me acuerdo del padre de la criatura,jajaja.
Oye las fresas no son de Lepe? pues las tuyas son un poco pijas llamándose Fresas Borja, jajaja.

Sap dijo...

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Fernando, Sr. Carrasco, Juan, Sharon, Evita... Gracias pro vuestras generosas palabras. Quedáis invitados para el próximo cumpleños del Hombre Lobo, siempre y cuando los regalos sean para mí.
En metálico, por favor.
:-)

Anónimo dijo...

Menuda envidia, sus infantiles festejos...
Soy el Abuelito, aunque no sé porqué no sale mi nombre...

Sap dijo...

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Querido Abuelito, es una alegría tenerlo por ésta que es su casa. Lástima que las últimas migajas de la tarta ya hayan sido pasto de las ratas.
Un abrazo.

Prima Mari. dijo...


Y yo sin enterarme de nada JO!!!!