jueves, octubre 22, 2009

"Un armario lleno de sombra" Antonio Gamoneda

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"Un armario lleno de sombra" viene a ser como la primera entrega de las memorias de Antonio Gamoneda, el poeta nacido en Oviedo pero enraizado en León, que fue premio Cervantes en 2006.

Como tal primera entrega (el que sea entrega o no entrega es cosa mía de mi imaginación), el libro recoge el tiempo de su infancia, desde su protohistoria, esto es, su biografía conocida por terceros cuando no la alcanzaba desde la inopia infantil, hasta los catorce años, momento en que entra a trabajar como chico para todo en el Banco Mercantil de su ciudad.

Antes de esta lectura nada sabía de este hombre que no fuera, como digo, lo del premio Cervantes y la especie de oda a la pobreza en que consistió su discurso de entrega. Tal vez, y en la misma información, pude leer alguno de sus versos, pero no lo recuerdo. El caso es que el personaje parecía interesante y junto al carácter memorialístico del libro y el saber al autor una suerte de selfmade man de los versos, el empujón para leerlo fue suficiente.

El resultado de la lectura ha sido más que bueno, agradeciéndose mucho los párrafos cortos y el mediano calibre del volumen. Como no podía ser menos, la carga poética en la prosa de Gamoneda es notable, sobre todo en el primer tramo, porque a medida que avanza la narración y esto es nada más que una observación, no una pega el carácter lírico se va aligerando hasta convertirse la redacción en más textual, más prosaica en el buen sentido, y por tanto, en una sucesión de anécdotas familiares, domésticas y escolares convertida en crónica cuasi periodística pero entretenida.

Por supuesto, todo el relato está marcado por la muerte del padre en primer lugar y sobre todo por la larga travesía del desierto postbélico que llenará su vida y la de su madre de pobreza (aunque las he conocido mucho peores), desesperación y humillación. En todo caso, la historia que nos cuenta Gamoneda no es una historia de perdedores frente a ganadores como se dice en la solapa del libro; en absoluto, dada la poca significación política de su familia y su entorno. La conciencia de clase vendrá mucho después porque de momento, el niño acepta las penurias como algo natural, ya que no conoció el breve periodo en que sus padres creyeron haber sobrepasado el escalón que los acercaba a una burguesía más o menos ilustrada.

El título del libro hace referencia justamente al armario que ya de adulto revisará Gamoneda el mismo día que fallece su madre. Su contenido (entre otros objetos encontrará la jeringuilla que utilizaba su padre morfinómano) actuará como magdalena proustiana y, adelante con los faroles, el mecanismo evocador se pone en marcha. Cambios de domicilio continuos, la muerte de su padre y el posterior descubrimiento de un libro de poemas que publicó en su juventud y que será germen de su vocación poética, luego la guerra, el hambre, la pobreza, la mezquina familia, el sórdido despertar a la sexualidad, los amigos, el colegio, etc., todo en un León en que parece que el invierno helado se ha instalado a perpetuidad. Algunos episodios relatados fuerzan a una amarga sonrisa, otros son tremendos en su violencia para la que no ahorra crudeza en las descripciones: la tortura a una perrita infligida por el propio Gamoneda es un episodio especialmente terrible, la paliza recibida por un grupo de falangistas por cruzar la calle mientras discurre un desfile, el hurgar en la tumba de su padre para rescatar los dientes de oro que necesita colocarse su madre, los problemas de convivencia en las pequeñas viviendas que llegarán a atestarse de realquilados y refugiados forzosos. Uf.

En fin, para terminar y sobre todo porque ya me he hartado de escribir; sea dicho de paso, no dudo en recomendar la lectura de "Un armario lleno de sombra" a todo aquel que encaje bien los cúmulos de desgracias aunque vayan envueltos en el papel a veces brillante del lirismo, y que por el contrario, se abstengan de acercarse a Gamoneda los aficionados a entonar la vieja copla: "No me cuentes penas, cuéntame alegrías." porque aquí, desde luego, encontrarán muy poco de lo último.
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